La respuesta europea a los gigantes de la música juvenil de Estados Unidos es la banda alemana Tokio Hotel, quienes han llenado estadios y roto récords de ventas con sus discos.
Sus ganancias rivalizan con economías de naciones pequeñas. Cada declaración suya tiene eco en países donde se hablan otros idiomas y en muchos casos no superan los 20 años de edad.
Son las nuevas estrellas de la música pop, formadas para sacar el máximo provecho de las nuevas tecnologías, las redes sociales y los sitios de internet. Pueden incluso darse el lujo de ser “malos vendedores de discos”, ¿quién lo necesita?, cuando sus temas son los tonos de celular más descargados o su canal en YouTube recibe millones de visitas diarias?
Las cifras que manejan las “supernovas” del espectáculo se cuentan con muchos ceros a la derecha. Mil millones de dólares, según un cálculo de Teen Vogue, es lo que Miley Cyrus puede embolsarse antes de cumplir 18 años, algo que sucederá en noviembre, si su carrera sigue el ritmo con el que inició en 2006, cuando comenzó a proyectarse su serie Hannah Montana, por Disney Channel, pero ella no es la única, otros ídolos juveniles generan ganancias de locura, dicen expertos.
Por ejemplo, el grupo de los Jonas Brothers no alcanza tal pronóstico, sin embargo, apenas el año pasado se llevó a casa más de 50 millones de dólares sólo por presentaciones en vivo.
Justin Bieber, la nueva estrella juvenil, tiene apenas un año de carrera en las llamadas “grandes ligas” de la música, y por tanto no hay cifras certeras que avalen sus ganancias, sin embargo, su nuevo disco, My World 2.0, es uno de los más vendidos en el mundo, y logra congregar a miles de jovencitas en conciertos pagados o gratuitos, firmas de autógrafos y programas de televisión. Basta con recordar los tumultos que provocó en Australia hace unas semanas, donde varias jovencitas se desmayaron al verlo, no en un concierto, sino en una entrevista televisiva.
La respuesta europea a los gigantes de la música juvenil de Estados Unidos es la banda alemana Tokio Hotel, quienes han llenado estadios y roto récords de ventas con sus discos. Hace dos años dieron el salto a América: tienen miles de fans en Estados Unidos, y aunque en ese país no alcanzan la popularidad de Miley o Jonas, su mayor mercado se encuentra en Latinoamérica, donde hay clubes, blogs y cientos de páginas en internet dedicadas a ellos. El mejor ejemplo de esta euforia la dieron en 2008, cuando visitaron Guadalajara como parte del elenco musical de Los Premios MTV.
La máquina detrás de la estrella
Los ídolos juveniles de hoy cuentan con mayor mercadotecnia y publicidad, además de que los chavitos de hoy tienen un mayor acceso a la información, asegura Luis Jasso, del área de Prensa de Ocesa. “Se casan con marcas y tienen canales de televisión a su disposición, como Disney Channel. Eso les ayuda porque antes no había canales dedicados a promover artistas, cuando te gustaba un artista no estabas a un click de saber más de ellos, como sucede actualmente”.
Los ejemplos sobran, aunque quienes mejor lo saben explotar son estrellas del calibre de Miley Cyrus y Jonas Brothers, quienes tienen programas de televisión, películas y productos que se desprenden de éstos, como ropa, pósters y discos.
Otro caso es el de Justin Bieber, quién se dio a conocer en YouTube, donde aún conserva un canal exclusivo. Tokio Hotel también tiene uno, llamado Tokio Hotel TV, en el que emitieron una especie de reality show de cómo grabaron Humanoid, su nuevo álbum.
“Tienen programas de televisión, mercancía, líneas de ropa, revistas, están sobreexpuestos, pero lo que hay que ver es por qué sólo algunos triunfan, y esto tiene que ver por cómo se conectan con la gente”, dice Ligia Bang, periodista y ex directora de una revista para adolescentes.
“Estos chicos le dan al clavo, entregan lo que al público le gusta, y también reflejan situaciones por las que los jóvenes pasan. En algunas de sus letras Justin Bieber habla del divorcio de sus papás. Entonces los chavos se identifican con él, van a sus shows, compran sus productos, porque además es lo que está de moda”, asegura Lucía Hernández, directora de la revista para adolescenteS Por ti.
Amanda Partida, label manager internacional de Universal Music, asegura que “Miley Cyrus, quien proyecta seguridad, fuerza y poder, es muy atractiva para ellos. Ser popular es importante también, y un artista como Drake Bell, de la serie Drake y Josh, les cae bien porque es cool”.
Pero Bell no tiene tanta popularidad. “Aquí es cuando ves que la mercadotecnia no es todo, porque Drake tiene programa de televisión, discos, película y productos, pero no es tan exitoso”, dice Bang, quien agrega que “la mercadotecnia les ayuda pero no los hace, porque pueden tener mucha, pero si carecen de carisma, no triunfan. Y si tienen mercadotecnia y carisma pero les falta talento, tampoco. Artistas como Miley o Tokio son carismáticos, atractivos, pero también trabajan duro, tienen conciertos seguidos, se levantan temprano para dar entrevistas, están dispuestos a generar noticia. Por eso son tan pocos los que están en el estatus de estrellas”.
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